El sabor de los pastes tradicionales llegó para quedarse… y está justo donde se cruzan nuestras rutas satelucas
Soy sateluco de corazón, y como buen caminante del norte del Edomex, siempre ando buscando ese lugarcito sabroso, rápido, que sepa a casa… y ¡zas! Ahí, justo en el cruce entre Avenida Gustavo Baz y Mario Colín, casi casi al ladito del Liverpool de Plaza Tlalnepantla (rumbo a la glorieta de Sor Juana), encontré una joyita que merece ser compartida con toda la banda: Pastes Kiko’s.
¿Ya los conocías? Porque si no, te estás perdiendo de una tradición que viene desde Hidalgo, con todo y sazón minero. Aquí no estamos hablando de empanadas cualquiera, no. Aquí hablamos de pastes con historia, con relleno hasta las orillas, y con ese sabor que no se anda con rodeos.
Pastes dulces, salados… y todos llenitos de sabor
Los de papa con carne son el clásico que nunca falla. Pero si eres de paladar aventurero, échate un paste de tinga de pollo, frijol negro, mole con pollo o hasta uno hawaiano que sí sabe a vacaciones. Y si andas en modo antojo dulce, prepárate para enamorarte del de zarzamora con philadelphia, o el de cajeta con nuez que está para repetir.
Pastes Kiko’s es una empresa 100% hidalguense, fundada en 1987. Hoy ya tienen más de 110 sucursales por todo el país. Pero esta, mi gente, es la nuestra. Está aquí, en la zona donde la rutina choca con el tráfico, pero el sabor reconcilia todo.
¿Por qué esto nos importa a los satelucos?
Porque comer rico, rápido y bien servido, también es parte del estilo de vida de nuestra comunidad. Y porque entre tanto caos vial, tener un lugar confiable, con tradición y con precios accesibles, es un lujo sabroso que merece ser compartido.
Además, apoyar a negocios como Kiko’s —que aunque ya son grandes, siguen apostando por ubicaciones locales como esta— fortalece nuestro barrio y nos da identidad.
📍 Visítalos y conoce más en: pasteskikos.com
📲 Nota final CSTV
Desde Ciudad Satélite TV te recordamos que las redes sociales son el nuevo zócalo digital, el espacio donde las recomendaciones valen oro. Cuando tú compartes lo bueno, haces crecer tu comunidad.
Apoya lo local, etiqueta a tu gente y presume que en la zona norte sí sabemos comer sabroso.